Un palmo de narices, con dos palmos de narices o por dos palmos de narices son expresiones populares que en la lengua castellana tienen un significado de frustración, chasco o desaire, expresada en frases como "se fue y me dejó con un palmo de narices" (o sea 'plantado', compuesto y sin novia, o en suma, sin 'conseguir el objetivo que pretendía').[1][2] En el DRAE, como locución verbal coloquial, se explica que "dejar a alguien con 'tantas' narices..." viene a expresarse con la construcción "dejar con un palmo de narices".[3][4]
Puede usarse, según contextos, como sinónimo de haber sido burlado, e incluso como evocación física de una medida de longitud; así, los palmos se pueden multiplicar, llegando a encontrarse construcciones lingüísticas con varios palmos: "estuve a tres palmos de narices" o "no lo consiguió por varios palmos de narices", etc.[5][6]
Este sentido de haber sido burlado o decepcionado se ha asociado -en algún caso- al gesto físico de burla que consiste en extender la palma de la mano ante la nariz tocándola con la punta del pulgar.[7] De uso común en muchos países, su origen ha sido rastreado en iconografía tan antigua como la de la ciudad de Pompeya, cuyos niños, según Alfred Delvau, ya conocían este gesto.[8]
En la literatura
De entre los abundantes y variopintos ejemplos que la literatura ofrece del uso de esta expresión, puede escogerse este párrafo de Galdós, en su novela del ciclo fantástico El caballero encantado:[9]
Y para dar certeza de su uso a uno y otro lado del Atlántico, puede valer esta escena encontrada en un cuento del mexicano Alfonso Reyes:[10]
Véase también
- Pito catalán
Referencias
Enlaces externos
- Edición facsimilar página 54 Consultado en junio de 2015
- Tag con ejemplos del uso de este conjunto de expresiones, en el buscador de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Consultado en junio de 2015




